Dos frases y un gesto de amor que tomaron fuerza con el accidente que golpeó a Chapecoense.
Último mensaje de Cléber Santana: ‘En cuantas vidas viva te voy a amar’.
Cléber Santana era el jugador más experimentado del Chapecoense, el capitán del equipo y uno de los líderes de la gesta que llevó al equipo a la final de la Copa Suramericana. Con pasado en el fútbol español, Santana, de 35 años, buscaba su segunda corona internacional, luego de haber ganado la Europa League con el Atlético de Madrid en la temporada 2009/2010.
El último mensaje de Cléber Santana en su cuenta de instagram, minutos antes de que el avión que traía a Chapecoense a Medellín tomara vuelo para encontrar su destino fatal, resultó ser casi un epitafio.
‘En cuantas vidas viva te voy a amar’, escribió el mediocampista, acompañado de las etiquetas #PartiuFazerHistoria (Partimos para hacer historia), #NossoCapitao (Nuestro Capitán) y #MelhorIdolo (mejor ídolo). El mensaje iba a acompañado de una foto suya, ya sentado en la silla del avión. La muerte de Cléber Santana despertó las reacciones de sus antiguos compañeros en España, entre ellos el colombiano Luis Amaranto Perea, con quien compartió plantel en el equipo que ganó la Europa League.
“Una persona muy sencilla y alegre, como la mayoría de los brasileños, muy trabajador, se integraba bien… Bonitos recuerdos”, declaró Amaranto. “Estás tomando un avión cada tres días, estás en manos de unos aparatos, de Dios. Te toca mucho porque pudo haber pasado a cualquiera. El de arriba es el que manda. Un abrazo a su familia, a su entorno de amigos y decir que los que compartimos con Cleber le acompañamos en su dolor”, agregó.
Tiaguinho, futuro padre
Tiago da Rocha Vieira, más conocido como Tiaguinho, había vivido, poco antes de abordar el avión con rumbo a Colombia, la alegría más grande de su vida. Había recibido, de manera inesperada, una gran sorpresa.
El hecho quedó registrado en un video divulgado en las redes sociales, en la que se muestra cuando un compañero le entregaba a Tiaguinho, de 22 años, una bolsa de regalo.
El atacante, sentado en el piso del final de un pasillo de hotel, no le puso atención inicialmente a la bolsita y siguió mirando su celular. Ante la insistencia de sus compañeros, la abrió y sacó de ella una caja envuelta con un moño y una pequeña nota. En ella, su esposa, Graziele, de 18 años, le informaba que estaba esperando un hijo.
Cuando leyó la tarjeta, comenzó a brincar de alegría y a abrazar a otros dos jugadores del equipo.
Finalmente, Tiaguinho abrió la caja, en la que había dos pares de patines para bebé, acompañada de otra carta de su esposa.
En el video aparece una leyenda que dice “Papai sua felicidade tambem é a minha e da Mamae” (“Papá, tu felicidad también es la míay la de mamá”), justamente, el mensaje que traía la tarjeta en la que le daban la noticia.
Lamentablemente, Tiaguinho no podrá conocer a su hijo, pues fue una de las 72 víctimas del accidente aéreo.
Nacido el 4 de julio de 1994, Tiaguinho había llegado este semestre al club, luego de haber pasado por el XV de Piracicaba y por el Metropolitano, dos equipos tan desconocidos como lo era Chapecoense hace un par de meses. Con siete juegos en la Copa Suramericana, pintaba para ser una de las figuras del torneo. Ahora está en el recuerdo.
El técnico Caio Junior y una frase que parecía ser una premonición
Hace apenas ocho días, cuando Chapecoense marcó el mayor hito de su existencia al eliminar al histórico San Lorenzo de Almagro, gracias al gol conseguido como visitante en el Nuevo Gasómetro (1-1 por fuera y 0-0 en casa), el técnico del equipo brasileño, Caio Junior, lanzó una frase en medio del júbilo que terminó siendo una escalofriante premonición de lo que sucedió este lunes en suelo colombiano.
“Si me muero ahora, moriría feliz”, dijo Caio Junior, eufórico, tras asegurar la clasificación a la final de la Copa Suramericana.
El técnico le había dado prioridad a la conquista del título suramericano. “En el Brasileirao podemos ser, como máximo octavos; por eso, ahora estamos concentrados en el título de la Suramericana, en entender al rival, declaró. Caio Junior, quien murió en el accidente del avión de LaMia, a los 51 años, había tenido una carrera de 16 años como entrenador, luego de haber sido un buen delantero que llegó a ser goleador del campeonato gaúcho en 1985. Dirigió a varios de los grandes de Brasil, como Palmeiras, Flamengo, Botafogo y Gremio, antes de hacerse cargo del Chapecoense, con el que estaba haciendo historia.
tomado de www.eltiempo.com