La cita era a las 11 de la mañana en el último piso del edificio de la Federación Colombiana de Fútbol en el barrio La Castellana de Bogotá. Tres minutos después del tiempo acordado, una camioneta Jeep Gran Cherokee de color gris llegó al parqueadero. Justo antes de descender por una rampa, José Pékerman, en el puesto del copiloto, bajó la ventana hasta donde el blindaje se lo permitió y sacó su brazo derecho para saludar a algunas personas que estaban pendientes de su llegada. Una sonrisa se alcanzó a ver. En el sótano descendió del auto junto a Pascual Lezcano y subió en el ascensor hasta la sala de juntas de la presidencia. Allí lo esperaban Ramón Jesurún, cabeza máxima de la Federación Colombiana de Fútbol, y el comité ejecutivo en pleno: Álvaro González Alzate, Jorge Enrique Vélez, César Pastrana, Jaime Pineda, Javier Cogollo y Elkin Arce.
Había consenso en su continuidad, todos los miembros del recién posesionado comité querían firmar un nuevo vínculo entre la Federación y el técnico argentino. Pero lo primordial fue oír su informe de gestión, entender cómo había visto él su proceso y qué cambios debía haber de cara al futuro. Las intervenciones fueron extensas. César Pastrana, Jaime Pineda y Jorge Enrique Vélez se presentaron ante Pékerman, pues nunca antes habían compartido algún espacio junto a él, pues recientemente llegaron al Comité.
Luego de una reunión, se llegó al acuerdo de no renovar el contrato por decisión del entrenador argentino.