Dos goles y un pasegol para seis puntos de seis posibles, el balance del 10 de Selección Colombia.
Las manos de James Rodríguez están donde debe ser: sobre el boleto a Rusia 2018. Lejos del capricho del resultado, del día bueno o malo, de tantas cosas que escapan al control en una Eliminatoria, el capitán ha sabido mantener el rumbo con el insumo vital del fútbol: el gol. Colombia derrotó 1-0 a Bolivia y 2-0 a Ecuador: dos goles del 10 y un pasegol, su resumen.
James anotó contra Ecuador, en Quito, su quinto tanto de la fase clasificatoria al Mundial, lo cual lo ubica como el sexto artillero, a un solo tanto del astro brasileño Neymar y a 4 del uruguayo Cavani, líder actual de la tabla. ¿Messi? Ya lo superó el de Cúcuta por un tanto.
Fue el capitán quien apareció por sorpresa en el centro del área y cambió de rol con Borja para abrir el sendero de un triunfo clave, vital, importantísimo en Quito contra un rival directo como Ecuador. Pero no fue su único aporte, pues además le entregó el balón casi en el guayo a Juan Guillermo Cuadrado para sentenciar el 2-0. Gol y pasegol. Al que pida más…
Y le piden. Porque es lo que ocurre con las estrellas, a las que nadie se conforma con sólo ver brillar. James asumió contra Ecuador la responsabilidad de ganar fuera de casa con personalidad, ambición y orden y volvió a ser el de antaño, más concentrado en ubicarse en posición de gol, en poner a sus compañeros mano a mano, en picar al espacio vacío o sorprender con pases inesperados, antes que en pasarse en los reclamos a los compañeros, exigir con aires de pataleta y excederse en una individualidad que jamás le dio resultado.
En Quito calló con goles a quienes hablaban de sus fotos, sus gestos, sus obligaciones de figura pública. Habló con gol, sacrificio y orden. Habló como capitán.
Distinta fue su faceta en Barranquilla, donde si bien fue el autor del único tanto contra la espesa Bolivia (marcó en el rebote del penalti que antes le adivinó el arquero Lampe), provocó la molestia de su fiel hinchada al transportar la pelota más de la cuenta, no asociarse con peligro y ver pasar el tiempo sin encontrar respuestas a las muchas carencias de juego del equipo.
Pero incluso entonces se atrevió a reconocer que no jugó bien, pero que no todos los puntos de Colombia tienen que pasar por el lujo: “hay que saber sufrir… Lo más importante era sumar. No fue el mejor partido pero así también ‘sabe bueno’”, decía el 10.
Y los fanáticos lo siguieron, como lo siguen siempre desde que les dio la felicidad de llevar a Colombia a la tercera ronda del Mundialazo de Brasil. Entonces era una grata aparición, hoy es el líder, el faro, la luz.
Hoy la voz de James resuena en sus redes. “Esto es Colombia carajo! Lucha y entrega. Gracias muchachos”. Agradecimiento es lo que hoy tiene Colombia: seis puntos de seis posibles se deben a dos goles suyos y una asistencia. Que ‘aquí juega hasta cojo’, no les quepa ninguna duda.
tomado de www.futbolred.com