El equipo brasileño ganó a domicilio 2-3.
Palmeiras dio vuelta un partido que parecía imposible al ir abajo 2-0 en Montevideo ante Peñarol, que terminó cayendo 2-3 en un encuentro que se saldó con una pelea generalizada entre jugadores de los dos equipos por el Grupo 5 de la Copa Libertadores 2017.
El notable choque que se dio en la cancha se vio opacado por los incidentes que del terreno se fueron a las tribunas y tuvieron a los hinchas del Palmeiras y a los de Peñarol apenas separados por un vallado y una guardia de seguridad que poco pudo hacer para contener la violenta reacción de los parciales.
Con la victoria, Palmeiras se afirmó como líder de la llave con 10 puntos, seguido por el boliviano Jorge Wilstermann con 6, el argentino Atlético Tucumán con 4, mientras que Peñarol es colista con 3 unidades.
Peñarol salió a presionar al Palmeiras desde el vamos, con un gran desgaste físico sobre todo de recuperación en mitad de cancha, en tanto el conjunto brasileño se contentaba con seguir el trámite del partido, sin proponer.
La presión surtió efecto y a los 12 minutos Mauricio Affonso abrió el marcador definiendo un centro de Nahitan Nández desde la derecha, tocándola suave a la izquierda de Fernando Prass, completamente solo.
El jugador aurinegro cometió una falta que el juez no vio previo a definir, sobre un defensa rival. Después del gol, los locales se vinieron como una tromba y arrinconaron a los brasileños, llegando nítidamente y con peligro al arco del ‘verdao’.
Palmeiras no encontraba su fútbol y comenzaron las faltas, la más importante de Miguel Borja sobre Cristian Rodríguez que le valió una amarilla al delantero colombiano del equipo brasileño al minuto 24.
Y Peñarol volvió a convertir a los 38, un verdadero golazo de Junior Arias, de tijera, nuevamente llevando a la red un centro desde la banda derecha que llegó a la cabeza de Rodrigo Petryk, quien la levantó en el área chica para la definición de su compañero.
El segundo gol pareció despertar al Palmeiras de su letargo, y la visita hizo algún intento de llegar al arco rival por intermedio de Jean, Borja y Roger Guedes, pero sin consecuencias.
Peñarol seguía en su estrategia de presión y terminó la primera mitad al borde del área rival, para irse al vestuario con un 2-0 que le daba tranquilidad al conjunto local que cambiaba así la pisada después de caer duramente 3-2 en un partido de polémico alargue en Brasil.
Otro partido
Palmeiras volvió a la cancha con dos cambios: Tche Tche y Willian Siqueira entraron al terreno en busca de darle mayor capacidad ofensiva y retención de pelota al ‘verdao’.
Y la fórmula resultó porque a los tres minutos del complemento, Willian fusiló a Guruceaga en la primera jugada en la que le tocó intervenir y el meta apenas la vio pasar ante el bombazo de pierna derecha en altura del atacante brasileño.
Un verdadero golazo de los visitantes que ponía de vuelta el partido a tiro del conjunto paulista. Y de la nada del primer tiempo el Palmeiras pasó a atacar, controlar el balón y dominar en el terreno de juego.
Peñarol quedó sorprendido y limitado a su mitad de cancha. A los 56, increíblemente se lo perdió Palmeiras con Roger Guedes solo para definir ante el arco desguarnecido de Peñarol. Avisaba el ‘verdao’.
Y apenas pasó el susto, el Palmeiras terminó con la alegría aurinegra cuando a los 63 el defensa colombiano Yerry Mina subió, ganó la posición y definió magistralmente un centro desde la banda derecha que se fue a la red sin remedio.
Palmeiras recuperaba la diferencia, Tche Tche se volvía una pesadilla, y el combo complicaba a Peñarol en el certamen regional. Los brasileños terminaron de arruinarle la noche a Peñarol cuando a los 72 minutos Willian volvió a convertir y acalló al Campeón del Siglo.
Un bombazo de Guerra contenido a medias por Guruceaga terminó en los pies de Jean que encontró solo a Willian, quien no perdonó. Palmeiras era a esa altura el dueño de un partido que dio vuelta 180 grados, pasando de transitar la cancha a jugar en cada rincón. Vino el pitazo final y los jugadores de los dos equipos comenzaron a increparse y se vieron agarrones, corridas y golpes de puño a diestra y siniestra, y un particular encontronazo entre Felipe Melo y los jugadores locales.
Del gramado, la pelea generalizada se fue a las tribunas del Campeón del Siglo donde el choque entre las dos hinchadas pudo terminar en desgracia. Un final injusto para un partido de trámite futbolísticamente excelente.
tomado de www.eltiempo.com