La luchadora colombiana perdió el paso a la final en Pekín 2008 y Londres 2012.
Desde el día que se le atravesó la canadiense Tonya Verbeek, la luchadora colombiana Jackeline Rentería no ha dejado de pensar en el momento de competir en unos Juegos Olímpicos. Pues bien, la hora señalada llegó para la vallecaucana, porque esa vez, en los Juegos de Londres 2012, Verbeek la dejó por fuera de la posibilidad de pelear por la medalla de oro y la obligó a hacer su máximo esfuerzo para lograr el bronce, metal con el que se quedó.
No era la primera vez que eso pasaba. Rentería había quedado por fuera de la lucha por el oro en los Olímpicos de Pekín, se repuso de su mal momento y se colgó el bronce; por eso en Río de Janeiro saldrá concentrada y dispuesta a no dejarse someter por sus contrincantes.
Tiene 30 años, es una deportista madura, que se ha paseado por el mundo con victorias y derrotas, y a eso los atletas lo llaman ‘experiencia’.
Casi no puede estar en Brasil. El pasado 20 de junio fue operada de la fractura del maxilar inferior, y comenzó una rápida recuperación, proceso que le atrasó su preparación con miras a estas justas. Pues llegó el día para saber en qué condiciones está.
En Polonia, en una gira, Rentería tuvo ese inconveniente, pero una vez salió de la cirugía fue a entrenar. No podía realizar combates, pero la parte física no debía perderse y los análisis de video de sus posibles rivales no los dejó de hacer.
Los últimos días de preparación estuvo en Medellín, concentrada con el resto de la delegación colombiana de lucha.
La clasificación a Londres fue a última hora, mientras que la de Río de Janeiro fue el año pasado, lo que le dio el tiempo y la tranquilidad suficientes para realizar una buena preparación, pero no esperaba la lesión.
No se sabe cómo llega a estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Los médicos y ella advierten que está bien y que debe cuidarse de los primeros movimientos de sus rivales, quienes van a buscar lesionarla.
Sin embargo, la ilusión de ella, de su grupo de trabajo y su familia está más encendida que nunca. La escena en la que quedó sentada en el tatami hace cuatro años, cuando perdió frente a Tonya Verbeek, no la quiere repetir.
Rentería está muy conforme con el trabajo realizado previo a estos Juegos Olímpicos. El roce internacional le da el aval para sentirse segura de sus capacidades y de soñar con portar en el cuello, de una vez por todas, la medalla de oro y escuchar el Himno Nacional de nuevo en Río.
¿En qué forma está luego de la operación?
Estoy muy tranquila, tengo el apoyo de todos y sigo soñando con alcanzar esa tercera medalla tan anhelada. Igual, ha sido importante el apoyo de todo nuestro cuerpo médico. Físicamente estoy bien.
¿No le preocupa nada?
Por el momento, no. Quiero que llegue el día de la competencia.
¿Y cómo ve la prueba?
Es difícil valorar lo que va a pasar y cómo llega cada una de las rivales. En los 58 kilos, todas somos fuertes. La diferencia se verá en la competencia, en el trabajo táctico, físico, técnico y psicológico que haga cada una de las participantes en los 58 kilos.
¿Satisfecha con la preparación?
A pesar de lo que pasó, sí, no me puedo quejar. Hicimos varios certámenes internacionales en los que logré buenos resultados; pero lo más importante fue darnos cuenta de que la labor se hizo bien y pensando en nuestra meta en los Olímpicos.
¿Lograr el cupo el año pasado en qué la benefició?
En todo. Fue una bendición porque me dio tiempo de prepararme mejor, de analizar con más calma todo. Hace cuatro años fue complicado, logré la casilla a última hora y llegué apurada a la competencia.
¿Qué experimentó después de Londres?
Hicimos cambios de categoría, probamos en los 60 kilos, ganamos; pero nos conviene mejor bajar a 58 kilos, la que ya conocemos, donde hay mejor opción de medalla.
¿En qué tuvo que forzar los entrenamientos?
El trabajo técnico-táctico ha mejorado y ya tenemos buena experiencia para estos Juegos. Eso es clave, porque uno ya quemó la etapa del miedo en las justas olímpicas.
¿El apoyo fue bueno?
El Comité Olímpico Colombiano (COC) y Coldeportes han sido conscientes de que en Río podemos hacer una buena actuación y nos han dado todo. Que se haya mejorado lo dirán los resultados, pero que 147 atletas estén en los Olímpicos, pues eso genera progreso”.
tomado de www.eltiempo.com