El cuerpo técnico se enteró del asunto por mensajes enviados por sus familiares.
Nada. Ni una palabra. La noche en la que Lionel Messi renunció a la selección argentina, el único sonido que se escuchó en el vestuario fue el del agua de las duchas. La nueva final perdida se metió hondo en los jugadores, que entre lágrimas y pasando la rabia se refugiaron en los celulares.
No hubo discursos, ni gritos, ni consuelos. Silencio. Mientras esta escena ocurría, Gerardo Martino daba una conferencia de prensa a ciegas, sin saber que el capitán de su equipo había tomado la decisión que hizo que se rompieran los cimientos de la selección.
Los integrantes del cuerpo técnico se enteraron de la renuncia de Messi en el camino, por los mensajes que sus conocidos les habían mandado al celular. Una situación incómoda, que los sigue haciendo pensar sobre su continuidad. La crisis en la AFA es otro de los puntos que también les hace perder la paciencia. Aunque, por ahora, la decisión que prima es no abandonar el barco en estos momentos, donde parece que todo se hunde y con los Juegos Olímpicos tan cerca.
En el hotel, al que arribaron cerca de la medianoche, los jugadores cenaron y se dividieron en dos grupos: los que se regresaron a Buenos Aires y los que se quedaron. Cerca de las 3 de la madrugada, Ángel Di María fue el primero en meterse al vehículo que los llevó al aeropuerto. Luego pasaron Ramiro Funes Mori y Marcos Rojo, cada uno con un cuadro de ellos con sus hijos que la organización les había regalado por el día del padre. Augusto Fernández y Gabriel Mercado también salieron, pero solo a saludar, ya que habían tomado la decisión de no volver.
Los otros que también se quedaron fueron Gonzalo Higuaín, Ever Banega y Sergio Romero, que fue el único de los jugadores que habló sobre la renuncia de Messi: “Creo que habló en caliente, porque se nos escapó una linda posibilidad. No imagino una selección sin Messi, calculo que reflexionará”, señaló el arquero.
Acompañado del Kun Agüero, Leo fue uno de los últimos en salir del hotel. En el trayecto que unió la puerta con el carro que lo transportaría, alrededor de 20 hinchas que estaban esperándolo lo aplaudieron y algunos le gritaron que no se vaya de la selección. El carro arrancó cerca de las 3:30 a. m. y a las 5:00 a. m. el avión partió a Buenos Aires, donde llegará a las 06:30 p.m. Un viaje largo, en el que Messi tendrá la posibilidad de analizar fríamente la decisión que tomó. Nadie se merece este final.
tomado de www.eltiempo.com