El delantero justificó su reacción en el momento de celebrar la tercera anotación.
Lo que fue el gol de la clasificación, ese sufrido tanto que casi no llega y terminó dándose de manera agónica, finalizó en una fea y reprochable bronca entre jugadores de Atlético Nacional y Rosario Central. La razón fue porque Orlando Berrío, el héroe y villano de la película, gritó en la cara del arquero argentino el 3-1 con el que el equipo antioqueño avanzó a la semifinal de la Copa Libertadores.
Al ver la reacción del atacante, el juez central lo expulsó, con justa causa, del partido y el encuentro acabó como no debía: a las patadas. Y es que una vez se escuchó el pitazo final hubo intercambio de insultos entre unos y otros y la fiesta se opacó.
Ya en la rueda de prensa posterior al partido, Berrío se justificó: “No fue la manera de desahogarme, reconozco que me equivoqué, pero cuando se meten con tu color (de piel) es feo”.
De haber insultos racistas se debe castigar, porque parece ha venido trabajando la Fifa desde hace varios años, sin embargo eso no justifica la reacción que tuvo Berrío y Marlos Moreno de gritar el gol en la cara del rival argentino.
tomado de www.eltiempo.com
