Los clubes que no hagan lo suficiente para combatir el racismo en las gradas se arriesgarán a una pérdida de puntos en la Eredivisie, anunció este sábado la federación neerlandesa de fútbol (KNVB) en una rueda de prensa.
Es una de las medidas acordadas por el máximo órgano del balompié de este país, que ha aumentado de cinco a diez años el veto a los aficionados que entonen cánticos racistas y obligará a los clubes a informar de estos episodios en los estadios, con el riesgo de recibir una multa si no lo hacen.
Asimismo, el Gobierno destinará 14 millones de euros durante los próximos tres años para combatir esta lacra. Una parte del presupuesto se destinará a mejorar los sistemas de videovigilancia de los estadios para detectar con más facilidad a los infractores.
Por otro lado, se desarrollará una aplicación móvil con la que los propios aficionados podrán denunciar comportamientos discriminatorios de forma anónima.
“Queremos ayudar a abordar todo lo que tiene que ver con el racismo y la discriminación”, dijo el ministro de Deportes Bruno Bruins, que presentó el paquete de medidas como parte de una campaña llamada “Nuestro fútbol es de todos”.
“Debemos cambiar”
El director de la Federación dedicado al fútbol amateur y femenino, Jan Dirk van der Zee, reconoció durante la rueda de prensa que el máximo organismo del fútbol neerlandés “es demasiado blanco. No somos un reflejo de la sociedad y tenemos que serlo. Debemos cambiar para ser más creíbles”, añadió Van der Zee.
La Federación evaluará dentro de un año si las medidas anunciadas son efectivas y si necesitan modificarse o ampliarse.
El anuncio se produjo después de un suceso ocurrido el pasado 17 de noviembre, en el partido Den Bosch-Excelsior de Rotterdam, que tuvo un gran impacto en todo el país.
El árbitro se vio obligado a parar el encuentro durante quince minutos por unos cánticos racistas que tuvieron como objetivo al jugador visitante Ahmad Mendes Moreira, un delantero neerlandés de ascendencia guineana.
Tomado Efe