El gran poder de los hombres que le limpiaban el trasero a Enrique VIII

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Nacionales e internacionales

Quienquiera que albergara serias ambiciones políticas en la Inglaterra del siglo XVI, durante el reinado de Enrique VIII, debía aspirar a una de las posiciones cortesanas más preciadas y, superficialmente, más degradante.

En la autocracia del período Tudor de Inglaterra, la arena política no era el parlamento; era la corte real.

Convertirse en cortesano, no en diputado, era el comienzo del ascenso a la influencia real.

A través de las conexiones correctas, que a veces se cultivan siendo primero un “caballero de la comarca”, el señor chambelán -el “administrador de la oficina” de la corte- te juramentaba como cortesano.

Rey Enrique VIII a caballo con cortesanos y soldados. Pintada por Friedrich Bouterwerk (Bouterwek) (1806-1867), 1845Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSer parte de la corte del rey era la oportunidad perfecta para ascender.

Luego hacías un trabajo de baja categoría para el rey, pero al hacerlo podías impresionarlo a él y a uno de los líderes de las diversas “facciones” que competían por su favor.

Esas facciones tendían a ser ampliamente protestantes (radicales) o católicas (conservadoras) y se basaban en líderes particulares como Thomas Cromwell o Thomas Howard, duque de Norfolk.

Se consideraba que si eras un cortesano representabas la majestuosidad del rey.

Ese cargo podía ser el trampolín desde el que alcanzar las alturas, como dominar tu condado de origen o incluso la nación entera.

Y cuanto más íntimo fueras con el rey, más estrecha la relación que tendría contigo, de manera que te convertirías en alguien muy importante para las facciones que querían tener influencia sobre él.

Todo eso haría probable tu ascenso.

En la guarida del león

Cualquiera que fuera el palacio en el que se alojara Enrique VIII, el centro de la corte era su “cámara privada”: la suite de habitaciones de Henry con su dormitorio como el santuario interior.

A los “caballeros de la cámara les pagaban para que fueran toderos y amigos del rey.

Enrique VIIIDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionTenía caballeros y mozos de cámara, así como lores del cuerpo.

Un poco más íntimos eran los mozos de cámara. No solo eran los “amigos” de Enrique, sino que le ayudaban a vestirse.

La intimidad en la corte de Enrique VIII podía, sin embargo, ganarse de otras maneras.

Un grupo de seis lores del cuerpo trabajaban en la habitación del rey, por turnos.

Lo despertaban a las 8 de la mañana, lo acostaban y controlaban el acceso a él por la noche. También le ayudaban a cambiarse el chaleco y los pantalones, así como a comer.

Aún más íntimos

Pero la posición más íntima de todas era la del “groom of the stool” o, literalmente “mozo del taburete“, refiriéndose al mueble en el que se hacían las necesidades, aunque en un siglo después parece que empezó a perder ese significado y a adoptar el otro que tiene esa palabra en inglés: “mozo de las heces“.

En cualquier caso, ambos eran apropiados, pues básicamente se trataba del hombre que le ayudaba al rey cuando hacía sus necesidades.

Enrique VIII confiaba tanto en esta figura que los llamaban “los principales caballeros de la cámara.

Tomado bbc mundo

 

 

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