Tags:

Dónovan Solano, el primer colombiano en los Yankees

Comment

Cali-Sports

El pelotero barranquillero debutó el pasado domingo con el equipo de Nueva York.

Cuando el lanzador derecho cartagenero Javier Ortiz se despedía del sueño de ser el primer colombiano en lucir de manera oficial el uniforme de Yankees de Nueva York, el paracortos barranquillero Dónovan Solano –que el pasado domingo tuvo ese honor– apenas llegaba al béisbol organizado.

Era la primavera del 2005. A Ortiz, quien más cerca estuvo de ser Grandes Ligas en el emblemático equipo de la ‘capital del mundo’ como lanzador abridor de Triple A, Nueva York lo dejó en libertad en marzo de ese año, tras ser firmado en 1996 por un bono de 6.000 dólares. Solano, en cambio, sonreía por esos días luego de firmar por 70.000 dólares con Cardenales de San Luis.

El comienzo

“A la vuelta de unos cinco o seis años, luego de todo el proceso en las menores, aspiro a subir a Grandes Ligas”, expresó Solano la tarde del viernes 18 de marzo en el campo de entrenamiento que Cardenales comparte con Marlins en Júpiter, Florida (Estados Unidos), a este enviado especial de EL TIEMPO, en la primera entrevista que concedía a un medio de comunicación desde su viaje al país norteamericano, semanas antes.

Lucía un reloj de Albert Pujols, el dominicano estrella de los Cardenales, equipo que había perdido –con Édgar Rentería en su formación– en octubre anterior la Serie Mundial ante los Medias Rojas de Boston, del cartagenero Orlando Cabrera, acabándose de paso ‘la maldición del Bambino’, que duró 86 años.

Aún menor de edad –tenía 17 años–, habló de sus sueños de pelotero y confesó que la inspiración de ellos, en buen porcentaje, recaía en los triunfos de su ídolo Édgar Rentería, que había salido de San Luis y pasado a Boston. Esa transferencia le impedía saludar al ídolo en el campo de entrenamiento. Por la salida, Rentería estaba al otro lado del sur de Florida, en Fort Myers, a 224 kilómetros.

Debut con Marlins

Dónovan no necesitó cinco ni de seis años, sino siete para debutar. Y tuvo que salir de San Luis.

Tras ser el Pelotero más Valioso en la campaña 2011-2012 en el campeonato colombiano, con Caimanes de Barranquilla, se vinculó a Marlins de Miami, donde precisamente había visto a su ídolo Rentería como héroe de la Serie Mundial en 1997.

Y si bien no comenzó en el equipo grande desde el inicio del torneo –fue asignado a Triple A con New Orleans Zephyns, en la costa del Pacífico–, el sábado 19 de mayo del 2012 – mes y medio después del arranque– fue llamado por el piloto venezolano Ozzie Guillén. Dos días más tarde, la noche del lunes 21 de mayo, se convirtió en el duodécimo colombiano en la ‘gran carpa’.

En Miami, ganando 7-4 a Rockies de Colorado, ingresó como segunda base, en reemplazo de Donnie Murphhy, y con un out, ante roletazo de Troy Tulowitzki, José Reyes le pasó la bola. El barranquillero pisó la intermedia, forzando al venezolano Jonathan Herrera, y tiró a primera para fabricar la doble matanza y finalizar el partido.

Fueron días felices. El martes 22 dio un sencillo al jardín derecho en su primer turno al bate, y 72 horas después los Nacionales de Washington subieron a su hermano mayor, el receptor Jhonatan Solano, como el decimotercer colombiano en Grandes Ligas –segunda pareja de colombianos, luego de Orlando y Holbert Cabrera–. El receptor debutó el 29 de ese mes en Miami, con sus padres, el exbeisbolista Luis Solano y la enfermera Myriam Preciado, en las tribunas.

“Desde niño, y por las hazañas de Rentería, siempre estuvo seguro de que algún día triunfaría en Grandes Ligas”, confesó Preciado. “Al mismo tiempo animó a Jhonatan cuando a él lo firmaron primero. Mis hijos son puro béisbol”.

“Cuando los recogía para llevarlos al estadio o del estadio a la casa, aún niños, siempre hablaban de béisbol. Dónovan solo hablaba de Grandes Ligas y de lo que haría cuando llegara a ese nivel”, dijo Luis Solano, el abuelo, que entonces conducía un taxi que prestaba servicios a este diario, cuando su nieto fue premiado como Deportista del Año por Acord Atlántico en el 2012.

Jugó con su hermano

En un equipo de estrellas, como Marlins, Solano dejó su exclusividad como torpedero. Y se convirtió en polifuncional, actuando en varias posiciones del cuadro y hasta como jardinero. Tuvo acción regular hasta el 2014, pero en el 2015 apenas en 55 partidos.

De esa última temporada lo destacable fue que compartió equipo mayor con su hermano. El 4 de mayo del año pasado, Jhonatan, en un quinto episodio, pegó un doble e impulsó a Dónovan: primera vez que eso ocurría entre colombianos en Grandes Ligas.

Por la poca acción, prefirió salir de Miami y aceptó una oferta como jugador de liga menor de los Yankees para el 2016. Tenía que luchar por un cupo. “Llegar a Yankees es como jugar en el Real Madrid”, dijo al anunciar su nuevo club.

Fue asignado al equipo Triple A y tuvo el mejor promedio del equipo, bateando para .319, con 67 carreras impulsadas y 7 cuadrangulares. Pero jamás fue llamado. Hasta que el viernes se lesionó el dominicano Starlin Castro. Y la organización requirió de sus servicios. Y lo llamaron la noche del pasado sábado.

El domingo siguiente, a los 28 años de edad, debutó como segunda base titular, siendo el primer colombiano en Yankees. Bateó un sencillo en el segundo turno y anotó una carrera –se fue de 4-1– en el cierre de la barrida de cuatro juegos que Medias Rojas le dio al equipo de Nueva York, esta vez por pizarra de 5-4. Pero su estreno con el número 57 en el mítico club de Nueva York quedó en la historia.

tomado de www.eltiempo.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *